Se necesita cierta oscuridad para ver las estrellas
La Oscuridad como Maestra para Emprender la Historia que te Honre
¿Quién no ha pasado por esas noches oscuras del alma?
En las que nos enfrentemos a la incertidumbre, miedos y crisis existenciales.
En las que incluso pareciera que las estrellas nos han dejado solxs.
Hay momentos en la vida en que nos encontramos inmersos en nuestras sombras y si nos quedamos más de lo que pretendemos, sentimos que el brillo de nuestra esencia se va desvaneciendo lentamente, dejándonos sin motivación para seguir el rumbo de nuestra Ruta Auténtica. En esos instantes que el alma busca refugio y a la vez anhela re-encontrarse con una pequeña muestra de su fuego para recordar cómo se siente en su calor y esplendor.
Sin embargo, la oscuridad nos envuelve en su manto, y empieza a revelar secretos que solo pueden ser escuchados en la quietud de su noche. Gracias a ello, se asoma la vulnerabilidad y se convierte en protagonista para dejar que nuestras barreras emocionales caigan, permitiéndonos ver de nuevo un destello de nuestro verdadero brillo.
Es un espacio de honestidad brutal donde enfrentamos nuestras dudas y temores más profundos. A través de esta confrontación, empezamos a reconocer las partes de nosotros que hemos relegado a las sombras, aquellas que necesitan de nuestra atención y en especial de compasión.
Aceptar la oscuridad es un acto de valentía. Nos permite abrazar nuestras imperfecciones y errores sin juicio, reconocemos que cada sombra es una parte integral de nuestra totalidad.
Es en la oscuridad donde nos atrevemos a escuchar nuestra intuición, a confiar en esa brújula interna que nos indica por dónde está el camino, incluso cuando no podemos verlo claramente.
La oscuridad no es enemiga, sino una maestra sabia, compasiva y desafiante
…que invita a vernos con más amor y a re-significar el mundo con un relato distinto. Se convierte en un terreno fértil para la transformación, un lugar donde las semillas de nuestra “mejor versión” pueden comenzar a brotar.
La Oscuridad como Territorio de Crecimiento
Al igual que en la naturaleza, nuestras vidas pasan por ciclos de muerte y renacimiento. El invierno, con su oscuridad y frío, parece una pausa en la vida, pero en realidad es un tiempo de preparación. Las semillas se esconden bajo la tierra, esperando el momento perfecto para brotar.
Así mismo, la oscuridad nos ofrece un espacio para la introspección y la regeneración. En estos momentos de aparente inacción, nos preparamos para nuestro próximo florecimiento, para que nuestra luz interna emerja con más fuerza y claridad.
La dualidad de la noche y el día también nos enseña que tanto la luz como la oscuridad son esenciales para nuestro crecimiento. La noche, con su misterio y quietud, nos invita a reflexionar y a conectar profundamente con aquello que sentíamos que nos hacía falta.
Cuando aparentemente gobierna el caos, nuestras experiencias de vida pueden parecer aisladas, como estrellas dispersas en un cielo infinito. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de introspección profunda donde comenzamos a ver los hilos invisibles que conectan cada punto brillante de nuestra existencia.
Al abrazar la noche, aprendemos a ver la belleza en nuestras sombras, reconociendo que ellas también forman parte de nuestro ser. Es en este equilibrio entre luz y oscuridad donde encontramos nuestra verdadera esencia y propósito. Así podemos ver nuestras estrellas: símbolos de nuestros sueños e historias.
La oscuridad nos permite reconocer que estos eventos aparentemente desconectados son, de hecho, parte de una narrativa más grande y significativa. Y es en ese momento que empezamos nuestro viaje consciente…
Y de aquí en adelante te hará más sentido del porqué te compartí antes de las Constelaciones, Polaris y el Ermitaño.
Paso 1: Unir los Puntos de nuestras Constelaciones
Al comenzar a unir los puntos de nuestras constelaciones, descubrimos una narrativa coherente y significativa que nos guía. Cada punto de inflexión, cada desafío, crisis y cada aha! moment se convierten en puntos brillantes que forman parte de un patrón mucho más grande de lo que imaginamos. Este proceso requiere una mirada curiosa y un corazón abierto para ver cómo todo se conecta en el manto estelar de nuestra vida.
El Storytelling Consciente nos ayuda a trazar estas líneas entre nuestras estrellas. Al contar nuestras historias, no solo damos sentido a nuestras experiencias, sino que también encontramos el valor de nuestras vivencias más difíciles y complejas. Al compartir nuestras historias con autenticidad y vulnerabilidad, permitimos que otros vean la belleza y la singularidad de nuestras constelaciones. Esto no solo nos fortalece a nosotros, sino que también inspira y conecta a quienes escuchan, creando una red de apoyo y comprensión mutua, generando sentido de pertenencia entre almas afines.
La Intuición juega un papel crucial en este proceso de conexión. Es la voz interna que nos guía, ayudándonos a discernir los patrones y a comprender el porqué decidió llevarnos a experiencias que antes no hacían sentido. Al confiar en ella, encontramos la claridad necesaria para unir los puntos, revelando un lienzo con nuestros colores, un mapa de quiénes somos.
Se detona un Impulso a Evolucionar que además nos lleva a reconocer que cada punto en nuestra vida, por pequeño que parezca, tiene un propósito y un lugar en nuestra narrativa. Anticipamos la grandeza de nuestro viaje.
Cada estrella, cada historia, cada susurro de nuestra intuición son un recordatorio de cómo dirigirnos hacia nuestro propósito más elevado.
Al ver y aceptar esta interconexión, nos empoderamos para vivir con mayor intención y autenticidad, honrando la totalidad de nuestra experiencia y la luz que emerge de nuestras sombras.
Paso 2: Mirar adentro en busca de nuestra Polaris.
En la oscuridad de nuestra travesía, Polaris (la Estrella del Norte), representa esa guía constante que siempre está presente, incluso cuando todo a nuestro alrededor parece incierto. Polaris nos recuerda que, a pesar de las adversidades, siempre hay una luz interna que puede orientarnos hacia nuestro verdadero norte.
Durante la Etapa de Disolución o Rendición, cuando vamos soltando creencias limitantes y condicionamientos, la presencia de Polaris es crucial. Su luz nos proporciona una sensación de constancia y dirección, permitiéndonos soltar con mayor confianza divina. Al igual que los antiguos navegantes que miraban a Polaris para encontrar su rumbo, nosotros también podemos encontrar dirección en medio de la incertidumbre al conectar con nuestro brillo, con nuestro Faro interno.
El Storytelling Consciente vuelve a ser relevante, ya que compartir nuestras historias durante estos momentos de disolución puede ser profundamente sanador. Compartir nuestras vivencias con honestidad y vulnerabilidad fortalece nuestra conexión con Polaris y su capacidad de discernir el camino correcto.
Polaris simboliza esa intuición que nos susurra verdades en medio del caos. Al confiar en esta guía interna, somos capaces de ver más allá de nuestras sombras y reconocer el propósito detrás de cada experiencia. Esta luz nos invita a rendirnos, a dejar ir el control y a permitir que nuestra sabiduría interna nos lleve hacia un lugar de mayor claridad y autenticidad.
En esas noches en las que nos falta certeza y calma, cuando extrañamos las estrellas que antes brillaban intensamente para nosotros, Polaris nos recuerda que siempre mostrará (tal cual desde el cielo y también dentro de nosotros) un camino a seguir iluminado por nuestros ideales, nuestra singularidad, nuestra verdad interna.
La claridad que encontramos en Polaris nos prepara para adentrarnos en la profundidad de nuestra introspección. Es en esta luz constante donde nos sentimos seguros para explorar nuestros rincones más oscuros, donde el Ermitaño nos espera con su sabiduría y guía. Mientras Polaris nos orienta, él nos invita a una exploración y aventura más retadora, a un viaje interior donde podemos encontrar respuestas, aceptarnos, brotar y evolucionar.
Paso 3. Caminar junto al Ermitaño
El Ermitaño regresa de su retiro con una invitación a conectar con nuestro fuego interno. Nos acompaña en nuestros momentos más oscuros, sosteniendo una luz que nos permite ver más allá de nuestras inseguridades, guiándonos con integridad y autenticidad.
Durante la Etapa de Evolución, cuando estamos profundamente inmersos en el proceso de crecimiento, el Ermitaño nos enseña a honrar nuestra esencia. En la soledad y el silencio en el que habita, encontramos el espacio para escuchar claramente nuestra intuición y descubrir nuestras verdades más profundas. Nos recuerda que este viaje de autoconocimiento es fundamental para vivir alineadxs y en congruencia con nuestro ser.
Su presencia también nos invita a reconocer que, aunque el camino del autoconocimiento puede parecer solitario, no estamos verdaderamente solos y que siempre contamos con una conexión a su sabiduría, a lo divino y a la naturaleza. Y una vez que el Ermitaño nos muestra su manera para atender los susurros de la intuición, es que encontramos la fuerza para perseverar y continuar nuestro viaje con integridad.
El Ermitaño nos enseña que la evolución no es un destino, sino un proceso continuo de crecimiento y descubrimiento. Al abrazar nuestras sombras y permitirnos ser vulnerables, aprendemos a vivir con mayor consciencia y propósito, reconociendo que nuestras experiencias, tanto en la luz como en la oscuridad, son esenciales para nuestra transformación.
Encontramos en el Ermitaño su apoyo inquebrantable, tal como su bastón, para navegar los desafíos de la vida. Su linterna deja ver cada aspecto de nuestro ser y las lecciones que antes no reconocíamos en la oscuridad.
Este entendimiento intuitivo nos prepara para dar nuestros Saltos de Consciencia, momentos que nos llaman a expandir nuestra visión y a abrazar nuevas posibilidades con fe y coraje.
Paso 4. Dar tu Salto de Consciencia
A lo largo de nuestro viaje, hay momentos que nos llaman a dar Saltos de Consciencia, es decir, en los que sentimos ese deseo profundo por atender los llamados del alma y atrevernos a dar un salto de fe. Estos saltos nos impulsan a salir de nuestra zona de confort y abrazar lo desconocido, confiando en que hay algo más grande guiándonos. Con el corazón abierto es que además llega la oportunidad para conectar con la magia de la presencia, donde cada duda se convierte en una elección diferente llena de un significado más profundo.
Atender estos llamados del alma requiere una apertura total a la curiosidad y la vulnerabilidad. Es un acto de coraje escuchar la voz interna que nos empuja hacia lo que el corazón desea, eso que la razón se niega a aceptar solo porque no podemos ver claramente la ruta expansiva que tenemos por delante.
Si los atendemos, estamos más cerca de dar nuestros saltos de fe en los que nos abrimos a nuevas posibilidades y descubrimos que la incertidumbre es un terreno fértil para el crecimiento personal. Con cada salto, nos acercamos más a la comprensión del significado de nuestro propósito, reconociendo que cada desafío enfrentado y cada miedo superado nos llevan cada vez más cerca a ver realizada nuestra visión de impacto.
Conectar con la magia de la presencia nos invita a vivir plenamente en el aquí y ahora, abrazando cada momento con consciencia y gratitud. La presencia nos permite ver la belleza en lo cotidiano, la impermanencia de las cosas, encontrar la paz en medio del caos y reconocer la divinidad en cada experiencia. Desde aquí cada momento hacia ese salto (o durante) lleva una intención clara y se goza en su totalidad.
Estos Saltos de Consciencia nos llevan a una Etapa de Resolución, es decir, una etapa en la que las enseñanzas y experiencias convergen para formar una comprensión más profunda de quiénes somos y hacia dónde vamos.
Esta integración no es un fin, sino un continuo proceso de alineación y ajuste, orientado por nuestra intuición y nuestra voz auténtica. Es aquí donde nuestras Rutinas Conscientes juegan un papel fundamental, proporcionando el ritmo y espacio necesarios para sostener nuestra evolución.
Paso 5. Integración de la Oscuridad y la Luz.
La Etapa de Resolución nos invita a vivir en armonía con nuestras estrellas descubiertas. Es un tiempo de consolidar las lecciones aprendidas y de integrar las sombras y las luces en un todo que se sienta coherente, auténtico y a la vez ligero. Las Rutinas Conscientes se convierten en prácticas intuitivas que nos regresan a nuestra esencia cada que se sienta que estamos perdidos. Estas rutinas no solo sustentan nuestro bienestar físico, emocional y energético, sino que también nutren nuestro espíritu, recordándonos diariamente la importancia de vivir con intención y propósito.
Compartirnos con nuestra voz auténtica es la manifestación externa de esta integración. Al expresarnos y actuar desde nuestra verdad, creamos conexiones más profundas y significativas con los demás. Nuestra autenticidad se convierte en un faro que atrae a aquellos que resuenan con nuestra esencia, Cada historia que compartimos, cada acto de vulnerabilidad, refuerza nuestra conexión con el mundo y con nosotros mismos.
En este proceso de integración, honrar nuestro mantra se convierte en una guía constante como Polaris. En mi caso, "Emprende la historia que te honre", no es sólo una frase que me repito cada día, sino una invitación (para mí y otros) a vivir en integridad y autenticidad.
Al abrazar nuestras sombras y nuestras luces, al reconocer el valor en cada experiencia, creamos una narrativa que verdaderamente nos representa. Este mantra nos recuerda que nuestra vida es una obra en constante evolución, y que cada capítulo tiene un propósito en el lienzo infinito de nuestro cielo.
No olvidamos que la intuición sigue siendo nuestra guía más confiable. En cada paso del camino, es la voz interna que nos orienta y nos mantiene fieles a nuestro camino. Nos ayuda a discernir qué rutinas adoptar, qué historias contar y cómo integrar nuestras experiencias de manera que honren nuestra esencia. Confiar en ella nos permite vivir con mayor libertad y gozo, siempre alineados con nuestra versión y voz más auténtica.
En fin, reconocer y abrazar la oscuridad en nuestra vida es un acto de profunda sabiduría, amor propio y valentía. Es en ese espacio donde realmente descubrimos quiénes somos, para qué estamos aquí y qué ruta seguir.
Necesitar la oscuridad para ver nuestras estrellas significa aceptar que nuestras sombras son parte de nuestra historia y nos ayudan a crecer. Al reconocerlas y abrazarlas, también somos capaces de compartir el brillo de nuestras estrellas en nuestras pasiones, sueños y creaciones.
Estas estrellas nos guían, reflejando nuestra autenticidad y propósito. En la dualidad de la luz y la oscuridad, encontramos el equilibrio y la totalidad de nuestra existencia, emprendiendo una vida que verdaderamente nos honra y refleja nuestra esencia más intensa y pura.
Y tú, ¿ya lograste ver tus estrellas?
Un abrazo, Josh
- #YNWA
Me encanta leerte! Pones en palabras cosas que pienso y siento, y que no entiendo muchas veces, y que otras veces aunque lo entienda, me cuesta expresar. Cuando te leo, mis experiencias cobran sentido y me siento menos loca, menos rara y menos sola 😊
Gracias por compartir desde el corazón y por ser ejemplo de "seguir tu ruta autentica".
Toda mi admiración por tu trabajo!
Gracias, Gracias, Gracias 🙏💛
Ahhh, me encantó leer esto❤️🩹 Gracias por compartir(te), Josh