Dentro y fuera del Tapete
Balance, Fortaleza y Flexibilidad para Regresar a ti y a la Intensidad del Brillo de tu Esencia
1er Semana
ANANTA FEB 2025 - YTT EN VARKALA, INDIA
Al fin! Después de +38hrs de viaje llegué a Varkala. Yeeei!
Desde el primer momento, desde esos primeros pasos en esta tierra, sentí cómo salí de mi zona de confort de México. El reto de bienvenida fue desde los primeros minutos para coordinar el transporte que nos llevaría a donde nos hospedaríamos ya que, por un happy problem, llegaron 2 choferes para sumar el doble de autos necesarios para trasladarnos (a 9 personas que veníamos en el mismo vuelo) y desde ahí mi mente entendió que por fin había dejado mi país. Que incluso un tema —supuestamente— sin complicaciones como lo sería para mí hablar en inglés, se convirtió en la primer confirmación de que mi comodidad tendría nuevas definiciones ya que en este caso comunicarme con la gente local ha requerido toda mi atención, paciencia y a la vez conectar con mi curiosidad para recibir toda la información que necesito y sentirme un poquito más en confianza.
Al igual que mis compañeras, tuve casi 2 días enteros para acoplarme al jet lag y al entorno que nos recibió con mucha alegría y a la vez con un clima caluroso, húmedo y con ráfagas de viento ocasionales que sirven para no sofocarte. Hay un cliff que casi a diario hemos visitado para despejarnos y principalmente para comprar y comprar jaja, ya sea: ropa, artesanías de todo tipo, bebidas, libros o instrumentos musicales, etc. más todo bajo un precio tan conveniente que ahora se ha transformado en un gasto hormiga al que habrá que tenerle cautela porque aún me quedan +85 días en Asia y mucho que construir para con Zåjni.
Lo más bello de todo este inicio ha sido la calidad de las personas y amigas que me acompañan. Un grupo divino de 14 mujeres con sus singulares historias, talentos, experiencia con el yoga, llamados y retos que nos han hecho coincidir en este espacio que vamos sosteniendo entre todxs. Tal vez asumas que estar en medio de tanta energía femenina sea un reto para mí, pero no lo es en absoluto. Estoy más que acostumbrado a ello, no es la primer ni última vez en que soy el único hombre en un grupo que teje lazos para navegar ciertas olas emocionales, para aprender y motivarse cada día, para expresarse con empatía y confianza, para tener ese accountability y no desistir de nuestras metas o para “simplemente” sorprendernos juntxs de lo que la vida nos ponga enfrente. No sé que rol juego para con ellas, hoy solo sé que mi energía femenina se siente en su hogar y que mi energía masculina emerge cada que sea necesario para brindar estructura o cierta sensación de seguridad.
En ellas he visto muchos reflejos de viejos patrones y de grandes anhelos, recuerda que somos espejos y vemos en otrxs lo que somos o sentimos, así que imagínate cómo es que tengas a tu disponibilidad tantos de ellos que día a día se muestran frente a ti para recordarte de aquellos avances que has tenido, de las lecciones que te faltan y de las emociones que “vale la incertidumbre” abrazar (como diría
en nuestro episodio de mi Podcast). Con ellas puedo hablar de cualquier tema que me interesa o apasiona, sé que puedo exponer mis emociones y confusiones con transparencia y sinceridad, puedo mostrarme auténtico sin temor a ningún juicio o sin la necesidad de reprimir alguna opinión o perspectiva. Cada unx tenemos nuestros ritmos y formas de gestionar nuestra energía vital y creadora, más es reconfortante poder hablar de ello con total naturalidad, en especial por los desafíos que hemos tenido juntxs.Acostumbrarse al ritmo de la certificación no ha sido sencillo. Va desde cosas “sencillas” como pedirle a tu cuerpo que despierte a las 5am para meditar y tomar una clase de ashtanga/vinyasa que te pide llevarte a tu máximo en un momento del día en el que tus músculos aún no se sienten listos para la exigencia física, a una hora en la que tu mente se cuestiona del porqué estás ahí y no elegiste diferente y quedarte descansando en tu cama. Pero mi alma por el contrario se siente tan agradecida por llevar mi corazón a donde ha querido estar desde hace tiempo.
Te platico brevemente de ese tipo de cosas sencillas del día a día antes de profundizar en otro tipo de ritmos, retos y aha! moments…
Después de esta actividad física, mental y espiritual pasamos a una clase de pranayama para aprender de uno de los ocho peldaños del yoga y con él centrarnos en el presente gracias a la respiración consciente y tener la oportunidad de calmar la mente, experimentar el ahora en su forma más pura y dejar de proyectar a futuro los temores y dudas que nos alejan de la paz que existe al mirar adentro, en ese instante que no es una ilusión. Luego de la clase pasamos al primer break y por tanto al desayuno, ya alrededor de las 8:30am recibimos otra fuente de energía vital en forma de alimento que va desde un chai, fruta fresca o algún curry que amablemente recibe nuestro estómago (nada que le haga sentir pesado al cuerpo).
Ya en mayor calma y luego de un breve chismecito, pasamos a clases teóricas (y a veces prácticas) que pueden ser de la filosofía, de los sutras o de recitar mantras. Es un periodo del día para mí en el que mis ojos brillan, en el que mi ermitaño se siente emocionado de la sabiduría a la que tiene acceso. Luego viene el lunch a las 12:30pm en el que disfrutamos de una pequeña variedad de platillos vegetarianos con sabores y preparaciones que nos recargan de energía, para luego ir al cliff a seguir explorando y cultivar amistades con los dueños de las tiendas.
De ahí a las 2pm viene la que tal vez sea mi clase favorita, o más bien de la que he sacado más provecho, que es la de alineación y ajustes para las asanas. A mi diseño humano le viene como anillo al dedo para su más grande don que es el de la “corrección”, es decir, acompañar(me) en su proceso a un ser, sistema o situación a sentirse segura y expandida en su mejor versión posible (no la perfecta sino la mejor con lo que hoy tiene y es). Lo menciono porque esta clase significa para mí mejorar la relación con mi cuerpo, corregirle y por tanto sanarle de malos hábitos de años atrás, permitirme desbloquear creencias limitantes y regresarme el poder de sentirse flexible y fuerte en balance. En este caso la clase con enfoque desde las posturas pero aplicado fuera del tapete lo puedo llevar a otros aspectos de la vida. Pero de ello hablaré más adelante.
También por la tarde tenemos clases de ayurveda, de meditación y de hatha o yin yoga. La combinación de todas las clases, en especial de esta segunda parte me deja agotado, casi exhausto y no muchas veces relajado, más es parte de que el cuerpo y mente se acostumbren a la dinámica. Sé que es solo una transición luego de venir de un ritmo completamente diferente trabajando por horas frente a la computadora, llevando una rutina distinta de ejercicio en el gym, manejando para asistir a mis “citas con mi artista” o la clase(s) semanal de vinyasa por las noches. Así que también ha existido dolor y resistencia por ello.
Terminamos ya a las 7:30pm para cenar, bañarse y a las 9pm pasar a dormir para luego volver a repetir el ciclo durante 6 días a la semana. El domingo es día libre.






Regresando a los ritmos, retos y aha! moments, te platico que equilibrar mi energía ha sido mi mayor desafío. Si bien amo, en verdad AMO, cada momento en que uno de nuestros maestros llega a clase y nos comparte de su sabiduría, cada una de esas ocasiones viene acompañada de un reto físico, mental o emocional. Y deja tú lo que ya involucra el cambio de dieta o expandir nuevos límites para con mi cuerpo en las clases de ashtanga o hatha, mis mayores obstáculos han sido:
Sentarme con piernas cruzadas y sostener dicha postura el mayor tiempo posible durante clases y meditaciones.
Recuperar mi energía luego de meditaciones profundas que en vez de equilibrarme después de tanta activación, me dejan “apagado”.
El primero es porque vengo ya condicionado una falta de flexibilidad en mi cadera y dolor en rodillas, ya sea por lesiones deportivas o por pasar la mitad de mi vida trabajando sentado por +10hrs; algo que correr o el yoga han ayudado a que no se agrave y que han hecho una gran diferencia, pero que desde un extremo de no cuidarme o reprimir emociones en estas partes del cuerpo pues me lleva a no sostener posturas que para el cuerpo podrían ser más fáciles, que no se sienten estresantes, que no traen tensión al cuerpo y que hoy ocupo para mi meditación.
El segundo, es que una vez desaparece el dolor (ya sea por acostumbrarme un poco más a la postura o relajarme en otra) y entro en un estado meditativo profundo ya sea a mitad o final del día, mi energía baja más allá de un punto de equilibrio y siento que me quedo sin energía vital. Aunque logro descansar físicamente, la relajación es tanta que en vez de recargarme pareciera que agoté más “batería” de lo que debiera y ocupo de más tiempo y actividades distintas a las de las clases para volver a sentirme ecuánime, con vitalidad y conectado a la experiencia.
Claro para estos obstáculos, ya cuento con herramientas que he adquirido y he venido trabajando desde hace 4 años que comencé el camino de regreso a mi esencia; más las rutinas conscientes que he diseñado previamente me sirven hoy solo como una guía para lo que toca vivir en esta certificación. Así que para complementar mi experiencia, trato de aprovechar lo que tengo disponible tanto con los maestros como con la energía del grupo.
Muchos de nosotrxs tenemos ciertos límites para con nuestro cuerpo y mente en ciertas asanas, algunas básicas y otra avanzadas. Cada unx trae un reto físico, una incomodidad, una creencia o comparativa que nos pega en el ego. Así que cada que vemos algo nuevo en alguna clase no nos queremos quedar atrás o buscamos cómo sentirnos lo mejor posible en ellas. Por ejemplo, en una clase de ashtanga le preguntaba a nuestro maestro titular, Yogi Vijith, sobre qué músculo(s) convendría trabajar para llegar a sostener y/o alcanzar un nuevo límite (o cómo me diría él: “this is your new maximum”) en la pincha mayurasana que estábamos intentando. Lo que él me contestó es que más bien en vez de enfocarse a mejorar un aspecto físico de nuestro cuerpo con algún entrenamiento, se trata de avanzar en armonía desde la fortaleza, el balance y la flexibilidad. Y me empezó a dar ejemplos con otros aspectos que vamos trabajando a lo largo de la clase, desde el canto de un mantra, la respiración al inicio y al final o los mudras que colocamos en ciertas asanas para incrementar cierta prana que nutra nuestro proceso.
Es decir, que con estos 3 pilares que tenemos también desde la práctica de yoga vista en las asanas, el pranayama o la integración de algún otro de los peldaños de los yoga sutras en nuestras vidas podemos alcanzar una meta que va más allá de lo que el cuerpo físico siente que requiere, acceder a un mayor estado de consciencia en donde hay más posibilidades, más paz, menos conflicto, más congruencia, más sensación de libertad y abundancia, ese Moksha que junto a nuestro Dharma nos conecta con el sentido de la vida.
Pero bueno en vez dirigir esta reflexión hacia una perspectiva más filosófica, quisiera contarte qué es lo que he integrado con este recordatorio de Vijith para dentro y fuera del tapete durante esta certificación. Porque si bien la fortaleza, el balance y la flexibilidad han estado presentes desde que empecé con el yoga, en esta semana han sido vital para anclarme y trascender los 2 obstáculos que te digo me han traído fuera de ritmo o en la resistencia.
Entonces, por un lado sabía que habría incomodidad y que desde meses antes me había preparado para enfrentarla mental y físicamente. En las clases de ashtanga de cada mañana la noto en la poca flexibilidad que tengo disponible por lo poco que he estirado en tan solo un par de minutos y desde ahí empieza el diálogo interno y competitivo que al avanzar con la clase pasa a ser de compasión y agradecimiento para con lo que mi cuerpo llegó a dar. Pero es en la clase de alineación y ajustes donde he conciliado con mi villano de la resistencia y por tanto visto mi mayor progreso, y no hablo solo por lo conseguido con los consejos y asesoría personalizada que me ha brindado nuestro maestro Abhishek, sino que gracias la confianza que he ganado para con mi cuerpo y las correcciones necesarias para sanarle por tanto tiempo en que lo dañé, es que ahora puedo respetarlo mejor durante la práctica y en armonía encontrarme genuinamente con mi fuerza desde el amor propio, la flexibilidad desde la aceptación y el balance entre el juicio por el pasado y la dicha de lo que mi cuerpo me hace sentir.
Ahora bien, en la primer clase de Mantras a media semana pensé que no tendría inconveniente alguno para disfrutar dicha clase, porque desde agosto pasado que conecté con ellos gracias a Ganesha para deshacer el nudo interno que entonces liberó camino a mi voz auténtica. Pero me tomaron desprevenido cuando en dicha clase luego de cantar varios Om repetidamente entramos a Shavasana para completar la meditación y me quedé “sin batería” luego de tanta relajación e irme profundo, inclusive al ser esta clase al medio día. Ni la comida u otras clases del resto del día me subían de nuevo la energía y eso me duró un par de días más hasta que este sábado tuve mi mejor día. Me noté que asistía a clases con la energía necesaria para cumplir mi palabra y exigirme un poco para aprovechar el momento presente pero no llegaba a entregarme a la experiencia por completo; me aislé un poquito del grupo para tener más tiempos de silencio y conectar con otras actividades desde alguna otra pasión pudieran “encenderme” de vuelta.
Confieso también que en la primer tarde luego de una clase exhaustiva de hatha me quedé semi-dormido y para rematar en clase final de meditación me volví quedar sin energía, lo atribuí en su momento al cansancio del reciente viaje y a no poder dormir “bien” las noches anteriores. Cabe mencionar que cada clase me fascina, me siento realizado y soñado con todo lo que nos aportan, pero lo que me sucedió me generó un breve prejuicio para no querer tomar clase así otra vez, porque lo que me sorprendió fue que en vez de activarme con el chanting de los mantra y estar en shavasana el resultado haya sido distinto a lo que otras experimentaron y entré en comparativa. Comentaba con mis amigas lo que me sucedió y apoyaron emocionalmente, más era mi responsabilidad encontrar balance, ser más flexible y desapegarme de los resultados, encontrar fortaleza y guía en experiencias previas y volver a emerger como ave fénix desde mi fuego.
Este sábado por la noche pude regresar a disfrutar de la certificación luego de clases regenerativas, de motivarme más en el estudio, de disfrutar de un kirtan improvisado tocando un yembé y mi nuevo hapi drum, de completar mi detox energético tanto con la comida como con mi journaling, de hallar “nuevos máximos” en mis estiramientos y posturas, de apapachar el dolor en mis articulaciones, de tener conversaciones 1:1 con mis amigas para acompañarles con sus propios procesos y de activar mi Agni en la meditación final de +1hr.
Hoy te escribo con calma y en consciencia de cómo estos 3 pilares son y seguirán sosteniéndome, más lo que venga de aquí en adelante (y como fue la intención desde el principio) se lo confío a mis maestros con sus experiencias, a mis amigas con su accountability y risas incontables, a mi maestra de yoga que me lleva cada vez más lejos en todos los sentidos, a Dios y las sincronías que también me ha mandado con mariposas que aparecen por todas partes para recordarme que mi equipo de luz me acompaña, y Ganesha que está ahí en mis mantras cada mañana para remover obstáculos y nunca dejarme caminar solo en mi camino.
No se trata de llegar a sentir paz cuando se atraviesan completamente los desafíos o que dejen de pasar las cosas que no queremos nos sucedan, sino que llega al dejar de resistirse a lo que el momento es, encontrar aceptación, soltar las cargas y expectativas para habitar en consciencia la experiencia sin tener que pelear con ella, sin ponerle juicios o cuestionar el sufrimiento que causa.
Ahí está la libertad, en la que con claridad accionas de manera alineada, en la que dejas de buscar afuera lo que ya tienes por dentro, en la que la disciplina y constancia se convierten en un acto de amor propio, en la que la incomodidad es una invitación a la presencia y el crecimiento, en la que desde la inacción dejas que el universo conspire a tu favor y te abres a nuevas oportunidades para habitar nuevos espacios para la conexión con tu verdad interna y sagrada, para la paciencia y el silencio de las fluctuaciones de la mente, para que tu ser se sienta constantemente en frecuencias más altas con las que co-crear desde el balance, la fortaleza y la flexibilidad.
En este tipo de experiencias, como una certificación o un retiro, suele suceder que mientras duran habrá transformaciones que luego no logramos sostener a largo plazo. Y está bien, hay que también aplaudirte por tu valentía y haber llegado a ellas…más qué pasaría si lo que se generó en esos puntos de inflexión en tu vida eliges expandirlo con amor y agradecimiento, en vez de hacerlo desde la lógica de una rutina fija que seguir o por querer cumplirte una meta.
¿Qué pasaría si entregándote con el corazón abierto, si escuchando tu intuición, si eligiendo diferente con compasión y coraje, si nutriendo conscientemente tu energía vital pones en práctica fuera y dentro del tapete lo que tu ser viene a experimentar en este mundo desde su esencia y en congruencia con su historia, con sus valores, con sus anhelos y propósito
Entonces te invito (y me invito también con esta reflexión) a romper el ciclo de resistencia de aquello a lo que hoy te enfrentas reconociendo cada una de estos 3 pilares que hay de sobra en ti. Pilares que sostienen acciones y elecciones en armonía, y no lo hacen por sí solos, puesto que en conjunto representan la intensidad con la que expresas el brillo de tu esencia.
Te mando un abrazo desde Varkala.
- Josh, Namasté.
Gracias po compartir desde la sinceridad. Me gusta leer esta serie, pues como amante de esta filosofía también ando pendiente de poder ir a India a seguir formándome. Será toda una aventura y curiosidad seguir tu experiencia personal.
¡¡¡¡Un abrazo y disfruta con toda la apertura posible de esa gran experiencia!!! Tus palabras son muy valiosas en mi proceso personal.!!
Leerte y sentir cada pequeño dolor físico que te llevará a la expansión ha sido hermoso. ¡Qué mucha información estás obteniendo en todo este proceso y qué lindo que estés tan conectado y consciente de lo que se está moviendo tanto externamente como emocionalmente! Eso es una enorme bendición. Desde acá disfrutando contigo, amigo 🫀🌀✨