El miedo como catalizador para emprender
¿Cómo mejorar la relación con tus miedos para dar más saltos de fe?


Cuando estaba por dar mi salto de fe para emprender con Zåjni, recordé cómo me sentí al estar parado en lo alto de una montaña o cascada, sintiendo ese vértigo cuando ves el horizonte o estás a punto de dar el salto al agua. Una emoción tan expansiva y a la vez percibes que los dedos de tus pies se aferran con todas sus fuerzas para no separarse de la tierra que representa la seguridad de que no te lastimarás.
En ese entonces (hace 5 meses) me dije que “debía dejar atrás” mis miedos, que no le permitiría a mi mente pensar en ellos y que en cambio tomaría decisiones escuchando mi intuición. Quería llegar aún más lejos al establecer que no habría plan B y prometerme que no iba a caer en uno de mis mayores miedos a nivel personal: auto-sabotearme.
Aunque era consciente de que mi sabiduría interna protegería cada uno de mis pasos, seguía creyendo que no podría librarme de la incertidumbre financiera que se iba a presentar, no dejaba de considerar en mi mente los posibles rechazos a todo lo que estaba por crear y no soltaba una sensación de impostor por creencias limitantes del pasado. Emprender por naturaleza significa salir de tu zona de confort y decirle al universo que le das la bienvenida a la incertidumbre, esta no sería la excepción y por experiencias pasadas sabría que añadiría ese factor como parte de los miedos a considerar en esta nueva etapa.
Muchas veces en nuestras vida hemos pasado por transformaciones que comienzan al salir de nuestra zona de confort. A veces estos cambios en nuestra vida son impuestos por otrxs, y se sienten más auténticas cuando son por decisión propia. Respetando la dualidad de la vida, cada una de esas historias alimentaron tanto nuestros sueños y también nuestros miedos; estos a su vez nos invitaron a colocarnos máscaras y escudos para no exponerlos y que otrxs nos vieran como un auténticx héroe/heroína sin fallas ni debilidades. Desde ese lugar los miedos crean su entorno seguro, haciéndonos creer que sólo desde ahí podríamos construir una base sólida de confianza, sin dejarnos ver que en la libertad, valentía y gozo existe una alternativa de expansión y conciliación con estos miedos.
Los miedos quieren inmovilizarnos para protegernos de los mayores peligros, suelen ser inversamente proporcionales a la verdadera situación a enfrentar. Limitan nuestra visión de lo que sí es posible, nos encajan en una identidad que no se siente auténtica, nos llevan al juicio, a la crítica, a no sentirte plenx. Muchas veces los cuestionamos, nos hundimos en ellos, dejamos pasar oportunidades que creemos no merecer. Más con todo y lo que ellos representan, siguen siendo parte de nosotros.
Cuando reconocemos la relación que tenemos en general con el miedo, se vuelve claro lo que estás tratando de evitar o de lo que estás ocultándote. Hablando con tus miedos puedes acercarte a los puntos de inflexión que te llevan a crecer, a transformarte. Honrando tus miedos y no solo aceptando que están ahí, te entregas a nuevas experiencias, vives una vida llena de vida.
Una vida en la que los miedos son parte de tus decisiones y que más allá de “dejarlos atrás” y actuar “a pesar de ellos” más bien lo haces “junto con ellos”. Consciente de que gracias a las dudas que te despiertan también te llevarán a conectar auténticamente con lo que deseas crear y lograr con libertad.
Los miedos y la intuición juegan juntos cada que nos enfrentamos a nuevos escenarios, despiertan la necesidad de protegerte ante la incertidumbre. No te protegen necesariamente del resultado o las consecuencias, sino del proceso (posiblemente doloroso) que vivirás para llegar a ellas. Juegan, y sí lo digo desde la curiosidad por descubrir, desde la imaginación, desde el deseo de probarse a uno mismo, por experimentar y sorprenderse. En ese juego, danza o movimiento la intuición se hace cargo de apapachar el miedo, de escucharlo y entonces conectar con sabiduría para luego desbloquearlo y así orientarnos a tomar nuestras decisiones.
¿Qué pasaría si al escuchar tu intuición no lo haces desde la perspectiva de…
asegurarte de sobrevivir frente a la adversidad?
la comodidad de seguir en tu zona de confort?
probar identidades para pasar desapercibido?
quedarte quietx y no arriesgar más?
y qué tal si vuelve a pasar lo que no quiero?
y lo haces más bien desde la perspectiva abundante de…
es más grande el potencial que el peligro que siento?
qué tendría en mi vida si lo intento?
cómo me ayudaría a sanar otras historias de mi vida?
cuánta confianza más ganaré para hacer lo que considero imposible?
quiero sentirme libre para elegir & actuar.
Te lo platicaba al inicio, al empezar este emprendimiento me prometí no auto-sabotearme y por ello sigo dialogando con mis miedos de incertidumbre financiera, rechazo o sentirme impostor. Más conforme han avanzado los meses, gracias a escuchar mi intuición desde una perspectiva de abundancia es que se ha sentido ligero ese temor por salir de mi antigua zona de confort, porque he creado un entorno en el que conviven mis miedos con mi propósito y desde ahí he llegado a límites de nuevas zonas de confort a los que no hubiera llegado sin la valentía para dar más saltos de fe.
Y aquí vale mucho enfatizar lo que enseña @MichellePoller: actuar sin miedo es muy distinto a ser valiente.



Being Brave is when despite the fear, we have the courage to take action, and that is way more powerful and inspiring than being fearless.
Si no sintiéramos miedo, entonces no podemos decir que somos valientes, puesto que la valentía se trata de actuar con coraje, motivadxs por esos miedos para impulsar un cambio en nuestra realidad para no quedarnos estancados en esas limitaciones que los miedos nos brindan.
El miedo es parte de nuestra humanidad, por lo que es falso decir que no tenemos miedos. Tal vez no sientas miedo ante ciertas situaciones que, por las experiencias que conoces (o desconoces), no requieren de tu protección, sin embargo cada que tomamos acción evaluamos si existe o no un temor y entonces se detonan las alertas. Claro, hay miedos que no se pueden negar como los que están relacionados a la muerte o un daño a tu salud, pero el instinto y la intuición son muy claros para decirte cuando es un miedo de ese tipo o uno limitante que te impide crecer.
Y solo para que quede claro, los miedos no desaparecen, tal cual como emociones se transforman conforme uno va conociéndolos y comprendiendo cómo te motivan. Te soy muy sincero, aún tengo presente el miedo a auto-sabotearme, más no lo evito a diferencia de otras etapas de mi vida, hoy también lo veo como un catalizador para expandirme y fluir libremente para atraer más oportunidades y experiencias.
Antes de terminar, esta semana te invito a realizar estas journal prompts:
¿Cuál es la relación que quieres tener con tus miedos?
¿Desde qué perspectiva quieres escuchar tu intuición?
¿Cuántas “zonas de confort” quieres cruzar en tu vida?
¿Cuál es ese salto de fe que aún no das por miedo?
¿Cómo se siente esa libertad tomando de la mano a tus miedos?
Por último, si te sientes a punto de saltar de esa cascada (ese próximo proyecto de vida que te intimida y emociona a la vez) ¡te quiero felicitar!, estás a un paso de conseguir algo importante en tu vida. Estás a punto de cambiar tu realidad, estás por escribir un nuevo capítulo en tu historia y hacerla más inspiradora para otrxs. Pídele a tu miedo que salte contigo y al final, agradécele porque sin él no te hubieras tenido el coraje para ser la persona que eres hoy.