Santosha: Contentamiento y Presencia
Un cambio de perspectiva para agradecer las circunstancias tal como son.

Cuenta Regresiva < a 80 días >
ANANTA FEB 2025 - YTT EN VARKALA, INDIA
En estos días he notado que brotó una división (mental) de mi energía, de mis tiempos, de mis prioridades que me hizo pensar que vivo un tanto separado de esa versión que vengo habitando hace tiempo; la que se siente emocionada por que ya comience esta próxima experiencia del YTT y que quiere ver cumplir el propósito de lo que ha cosechado en lo que ha sido uno de los mejores años de su/mi vida.
Avanza el conteo regresivo a una velocidad fugaz (pero esperada) y, en este periodo que pretende ponerme a prueba, veo cómo varios aspectos de mí bailan en ritmos más lentos o acelerados y van generando un caos para que el estrés se asome con sus motivos para desregularme y con recordatorios de sus lecciones, lo cual es totalmente natural, predecible y creo (por experiencia) que necesario.
Por un lado mi cuerpo físico va sin prisa disfrutando de la prioridad y apapacho que le doy en su proceso de fortalecimiento, casi a diario con ejercicio (gym, yoga, o running), respetando las horas de sueño, gozando de su alimentación y antojos, honrando sus tiempos de pausa para dar lugar a escuchar su intuición y sostener una práctica de respiración consciente, etc. Mi cuerpo hoy pide nutrientes porque se siente con energía creativa, y a la vez equilibrio en el descanso siendo Proyector.
Por otro, mi cuerpo mental está más que ocupado. Cada noche intenta balancear los tiempos de la agenda para resolver la mayor cantidad de pendientes del día siguiente —y que no paran de sumarse. Recibe también múltiples estímulos que le exigen de su atención tanto para responder ante la incertidumbre, la exigencia y también a la solicitud de consejo y contención de otrxs. Se distrae y se escapa cada noche viendo una de sus series favoritas (The Newsroom), o absorbe dudas y respuestas aquí en Substack o en libros como el de Paths to God de Ram Dass.
Por último mi cuerpo energético lleva semanas encendido por el fuego expansivo y purificador que es Agni. Una chispa que no se apaga, que danza entre su anhelo de más experiencias que la aviven y la paz que encuentra en el momento presente. Siente mucha energía creadora y la dirige a las raíces de su escritura, la expone en sus lecturas de diseño humano y juega con su nueva temporada del podcast. Más siente que aún no es liberada en todo su potencial porque hay otras prioridades materiales que la mente impone. Aunque su energía sigue sostenida, se pregunta curiosa qué tanto más podría brillar en esta etapa en la que siente y quiere ofrecer más. Pero se ancla en su sabiduría, es paciente y compasiva con las circunstancias y responde con amor.
Estos “happy problems” son la oportunidad única y magnífica que me presenta la vida, para activar los pilares de mis rutinas conscientes y aprovechar las lecciones que mi práctica de yoga ha integrado en mí para sentirme en un “contentamiento”, en el que estoy conscientemente agradecido y satisfecho de vivir en este caos que es provocado por esta ola de estímulos y diversidad de ritmos.
Es en este estado, “Santosha” (uno de los 5 niyamas que conforman el 2do de los peldaños/ramas de los Yoga Sutras de Patanjali), que puedo encontrar paz mental y emocional con las circunstancias externas e internas. Me mantengo ecuánime en ambos destellos de felicidad y amargura que vaya navegando. Y en especial, puedo reconocer que lo que hoy soy, tengo y llega es lo que debe ser y no requiero pedir ni desear que fuera de otra manera —mi dharma y karma lo llevan según su plan.
Antes de seguir, te doy un poco de contexto de la filosofía del yoga… Los niyamas son prácticas y principios de auto-disciplina para reprogramar nuestra mente con el fin de sintonizar con la consciencia elevada de nuestro ser mientras recorremos nuestro camino yóguico hacia ese estado de unión, iluminación y liberación —reconocido como el samadhi. En este “peldaño” cultivamos la pureza de nuestros cuerpos (saucha), el contentamiento y agradecimiento en el momento presente (santosha), la disciplina y enfoque a la práctica (tapas), el autoconocimiento y saltos de consciencia (svadhyaya), la rendición del ego y entrega a la esencia del todo (ishvara pranidhana).
Entonces, en Santosha desarrollamos esa gratitud y satisfacción “por lo que es”, abrimos las puertas a la magia de la presencia y dejamos la creencia de que solo hasta que las cosas sean “perfectas” es que llegaremos a estar “mejor”. Si lo piensas, muchas veces la insatisfacción viene de comparar lo que somos o tenemos con lo que creemos que “debería ser.” Santosha nos enseña a soltar esas expectativas, a tomar pausa y gozar del aquí y ahora, a abrazar la vida tal y como es en cada instante, con sus altos y bajos, sin quedarse en uno de esos extremos.
(Me recuerda mucho de lo que me inspira el Ichigo Ichie y el Wabi-Sabi).
Aclaro que este contentamiento no significa conformarnos por las circunstancias ni ser complacientes con lo que llega. En medio de los desafíos confiamos en que todo pasa por una razón y que sí hay un “silver lining” en ellos, pero no por eso vamos a dejar de discernir. No vamos a quedarnos a que nos consuma una sombra de aquello a lo que no queremos poner un límite o quedarnos estáticos en una frecuencia de apatía o sufrimiento que nos paraliza en la desesperanza y carencia.
La ecuanimidad es consecuencia de esa práctica consciente en la que observamos cada uno de nuestros cuerpos navegando por esos momentos confrontantes o de plenitud. Santosha nos invita a la disciplina de cultivar un estado emocional y mental en el que apreciamos la situaciones presentes de la vida como bendiciones y dejamos de poner atención en lo que sentimos que nos falta o lo que nos lleva a sentir que no somos suficientes.
Regresando a mi reflexión y dejando un poco de la “teoría” para compartirte de mi proceso… Sé que es complicado cambiar de perspectiva, o en este caso expandirla.
No sucede de la noche a la mañana que tienes la claridad o la oportunidad para tomarte una pausa (en medio del caos) y hacer un zoom out de lo que sucede en esa dualidad de las alegrías y tristezas de la experiencia en la que estás siendo puestx a prueba. Todos enfrentamos desafíos pequeños o grandes cada día, más no somos capaces de responder al instante a cada uno de ellos si es que no nos damos espacio para agradecer por el momento presente, si es que no recordamos que hay una fuerza divina que nos sostiene, si es que no escuchamos a la intuición que nos acerca a la sabiduría de nuestra alma, si es que no honras tu cuerpo.
Deja de pedir a otros (o a ti mismo) que cambie la situación, también cuestiónate porqué quieres que llegue lo que deseas y no aprecias lo que hoy te pudieras estar perdiendo. Basta de estancarte en la inconformidad porque crees que es tu única opción, hay más salidas. Vive con más intención, eso traerá los cambios que te sanarán, que te impulsarán, que te expandirán. Más presencia, contentamiento, y gratitud es lo que atrae en tu vida eso que tu alma quiere experimentar, lo que tu propósito te quiere enseñar, lo que tu cuerpo quiere aliviar y amar.
Extiendo mi invitación a que no te culpes por las situaciones a las que has llegado. Sé más compasivx contigo y da esos pequeños pasos o esos saltos de fe que te lleven a cumplirte tu palabra, que provoquen ese cambio de mindset que con el tiempo notarás y que te asombrará de la plenitud con la que puedes vivir.
Sí, estoy en medio de varios bajos y altos en esta aparente división de cada uno de mis cuerpos y deseando que ya se acabe el mes para empezar un nuevo capítulo de mi vida; más elijo diferente y desde ya empiezo a crear una realidad en la que no me quejo tiempo completo del estrés o la apatía de lo que no he logrado hacer o por lo que quisiera sentir para cubrir los aparentes vacíos. Me permito sentir mi cansancio, mi desesperación y desencanto ante las circunstancias, no tengo porqué rechazarlas, solo que una vez que las atiendo es que luego decido mutar su energía (apoyándome de mis rutinas conscientes) y dejar con ella una semilla de contribución para ti y de paso mantengo vivo el fuego de Agni hacia mi YTT.
Aquí es donde encuentro el vínculo de Agni con Santosha, ya que este último se beneficia de que el fuego esté encendido y para traer equilibrio a mí. Cuando Agni arde de manera sana y desde su verdadera esencia, no como una llama destructiva o descontrolada, es que purifica mis expectativas e insatisfacciones y con ello muta ese impulso de buscar fuera lo que ya tengo en mi interior y en el ahora.
Agni nos ayuda a transformar los obstáculos internos que nos alejan de santosha, porque al quemar lo que ya no necesitamos —como los deseos desbordados o el apego a lo que creemos que nos falta—, encontramos en las cenizas el espacio y la calma para abrazar el presente. Cuando Agni se convierte en una energía de transformación consciente, nos da la sabiduría para mirar con aceptación y claridad lo que tenemos enfrente. Desde ahí, cultivamos un contentamiento puro que se nutre de nuestro poder interno y de la conexión con lo divino e infinito.
Es por ello que a Agni y Santosha los veo como aliados en mi camino espiritual: el fuego que me mueve y me purifica junto con el estado de contentamiento que me permite acceder una paz para que mi alma siga fluyendo en su proceso evolutivo sin desgastarse y manteniéndose en ecuanimidad y constante renovación.
Esta carta, a 80 días de comenzar mi certificación, tiene dos fines: primero el de contarte con este niyama parte de lo que el yoga me ha enseñado en estos años y segundo el de recordarte que no estás solx en tu proceso. Puedes resignificar tu caos, puedes darle orden a través de tus prácticas de presencia y gratitud, para que entonces amplies tu perspectiva desde este estado de Santosha y comprendas que el contentamiento está a tu alcance cuando sintonizas con tu verdad interna y las infinitas posibilidades del aquí y ahora.
No te olvides de leer las reflexiones previas de esta serie “El Viaje hacia lo Infinito”
Un abrazo, Josh
- Namasté